Grace Davie
La religión
siempre será un tema de actualidad, una cuestión a debatir en la medida en que
forma parte intrínseca del hombre libre, entendiendo éste también en su
ejercicio de hombre cívico. Su realidad social ha traspasado siempre cualquier
frontera –a veces el problema ha sido precisamente ése, el de haber traspasado
una frontera; ya sea una real, material, por los intereses que remueve, ya sea
esa otra más voluble, espiritual, que es la que concierne a la voluntad
trascendente del individuo- y buena prueba de ello no solo sería las guerras fronterizas
al uso sino las de religión habidas a lo largo de la historia. Hoy, más próximo
a nosotros, cuando se trata de entender (confrontándolos) el mundo de Oriente
con el mundo de Occidente, asociando a un oriente islámico la identidad de una
oposición a un occidente católico.
Por ello,
por la vigencia que el tema suscita y por la discusión que aporta, siempre será
oportuno publicaciones como ésta, donde la profesora Davie reflexiona sobre
cuestiones tan decisivas como las que se formulan en preguntas del tenor: ¿Por
qué la religión sigue siendo importante? ¿Podemos ser plenamente modernos y
plenamente religiosos? Religión, desde luego, equivale a controversia y “el
telón de fondo de esta controversia –escribe la autora- vienen a proporcionarlo
las realidades del mundo moderno, en el cual la religión está pasando a
convertirse en un elemento cada vez más conspicuo”
Echando un
vistazo al contenido de la obra obtenemos una perspectiva clara de los
intereses de estas páginas, a saber: dividida la cuestión principal o debate
entre Perspectivas teóricas y Cuestiones sustanciales, en el primer apartado se
acometen asuntos tales como ‘Fuentes comunes, caminos divergentes’, ‘La
secularización: su proceso y su teoría’ o ‘La modernidad: ¿un constructor singular
o plural?’, mientras que en el segundo se abordan temas como ‘Minorías y
márgenes’, ‘La globalización y el estudio de la religión’, o, a modo de
conclusión, ‘La necesidad de replantearse las prioridades’.
No es este
libro, tal como puede deducirse, un lectura de consumo rápido, algo así como
una guía al uso o manual de prontos auxilios para caminantes cívicos. Sí es,
por el contrario, un libro de formación y consulta, un libro muy esclarecedor
y, desde luego, un texto didáctico para todo aquel interesado no en lo
anecdótico de la realidad, sino en los elementos que conforman la realidad más
real, la realidad del hombre pensante que se plantea el propio sentido de la
realidad. Como quiera, además, que el libro tiene una redacción muy clara, es
rico en la recogida de fuentes y aporte de información, y está muy bien
estructurado, el tenerle cerca posibilita una cierta confianza para todo hombre
actual, civilizado, esto es, el hombre que siente íntimamente la curiosidad
acerca de sí propio; dicho al modo griego, el hombre que duda.
Ricardo
Martínez